Escápate a la Ribera del Duero

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En los viñedos de nuestra región nace uno de los jugos más preciados del mundo durante el fin del verano y los albores del otoño. Gracias en parte a su potencial vinícola, gastronómico, natural y patrimonial, la Ribera del Duero se ha convertido en un lugar ideal donde realizar una escapadaEn Cepa 21 restaurante, bodega Cepa 21 y Emilio Moro es posible disfrutar de toda esa riqueza.  

¿Por qué motivos visitar la Ribera del Duero?  

Además de ser una de las regiones más reconocidas del panorama vitivinícola de panorama mundial, cuenta con una valiosísima riqueza gastronómica y cultural, durante unos pocos días puedes aunar en un mismo viaje enoturismo, comida y cultura en unos pueblos con historia y encanto.  La zona de producción vitivinícola de la D.O. Ribera del Duero se extiende por 115 km y cuatro provincias (Soria, iniciándose en San Esteban de Gormaz, Segovia, Burgos y Valladolid, donde concluye en Quintanilla de Onésimo); motivo por el que las rutas y los lugares que visitar son casi infinitos. 

La Milla de Oro de la Ribera del Duero 

Al hablar de esta zona, hay que mencionar a la Milla de Oro de la Ribera del Duero, una pequeñísima franja de 15 km en la que se elaboran los vinos de más alta calidad y que son conocidos por su variedad insignia, el Tempranillo. Conocedores de su potencial, las bodegas de la zona se han adaptado a los tiempos que corren para dotar a los visitantes de unas instalaciones que son verdaderas obras de arte arquitectónicas y que siguen la línea de sus grandes vinos, como es el caso de Cepa 21, en Castrillo de Duero, muy cerquita de Peñafiel. Cepa 21 barricas

¿Qué visitar de la Ribera del Duero?  

Evidentemente, las bodegas captan el máximo interés en cuanto a visitas en la zona, pero también hay otras actividades interesantes y muy didácticas para acompañarlas 

En Peñafiel, ubicado en un lugar con un potencial gastronómico inmenso por su cercanía entre Valladolid y Segovia (por un lado el lechazo y por otro el cochinillo como insignias) encontramos el Museo Provincial del Vino de Valladolid junto al Castillo de Peñafiel, en el que deslumbrarse con las vistas de las viñas y los campos castellanos.  En el museo, te explicarán la historia de los caldos españoles, la forma artesana en la que se elaboraban, el progreso e innovación actual y aprenderás a catar y distinguir alimentos y olores —como puedes hacer en el Museo de los Aromas, en Santa Cruz de la Salceda, Burgos—.  Si nos gusta la historia y descubrir nuestros orígenes, en el mismo pueblo encontramos el Aula Arqueológica Pintia Vaccea, donde se crea el modo de vida según los hallazgos arqueológicos. De camino a Valladolid, pasamos por diferentes pueblos donde encontramos ejemplos de la arquitectura románica y de la imaginería barroca de la escuela de Valladolid, por ejemplo con el Santuario de San Pedro Regalado (La Aguilera), lugar con historia, donde el Cardenal Cisneros nombró heredero a Carlos V o el Monasterio de Valbuena de Duero (sede de la Fundación de las Edades del Hombre).  En recorrido, es obligada la parada para visitar Emilio Moro, en Pesquera de Duero; para después disfrutar de la gastronomía de Alberto Soto en el restaurante gastronómico Cepa 21 y concluir la jornada con alguna de las actividades propuestas por Cepa 21 bodega. Cepa 21 TerrazaEn Curiel, podemos encontrar unas de las estampas más bonitas de Castilla y León. En algunos puntos del pueblo, se pueden presenciar a cada lado dos castillos: el del propio pueblo y el de Peñafiel. A su vez, encontramos la iglesia Santa María de estilo gótico-mudéjar de bellísima factura. En Quintanilla de Duero, localidad que también se encuentra en la cúspide de la elaboración de vino y donde finaliza la D.O., encontramos el único puente sobre el Duero en el tramo Tudela a Peñafiel (del siglo XVI, estilo renacentista y ordenado por los Reyes Católicos para facilitar el acceso a los pueblos de la zona).  En Pesquera del Duero, otra de las villas con larga traición vinícola, se halla la ermita barroca de Nuestra Señora de Rubialejos. 

Gastronomía, naturaleza y diversión   

En estos pueblos, además de las citadas carnes de la región, la gastronomía castellana destaca por los cereales y hortalizas de la tierra, cocido, endivias, espárragos, morcillas, embutidos, quesos, tortillas, pan vallisoletano, sopas de ajo…  Cocina Alberto Soto Un conjunto de productos repletos de calidad, que combinan a la perfección con los vinos de Cepa 21 y Emilio Moro, y que son la base de la cocina de Alberto Soto, quien apuesta por la materia prima de cercanía y de temporada. El patrimonio natural no pasa desapercibido. Además de los característicos campos castellanos, encontramos las Hoces del río Riaza (a menos de 50 km de Castrillo de Duero) o la Ruta Ornitológica del Valle del Cuco, a 5 km de Peñafiel, en la que disfrutar del entorno (encinas, robles, matorrales) y de la fauna (águilas, buitres, cucos, ruiseñores).   El Duero es sinónimo de diversión cuando lo relacionamos con el deporte: además de recorrer sus senderos y las actividades pesca, hay multitud de empresas de la región ofrecen servicios de rutas en quads, paintball por los parajes, zorbing, karts o incluso parques de aventuras en los árboles. Solo hay que saber buscar y tener ganas de aventura.  

¿No os parecen suficientes motivos para escaparse un fin de semana y venir a la Ribera del Duero?